sábado, febrero 03, 2007

Sigo bastante liada, el poco tiempo en que me conecto a internet es para buscar información para las clases, casi estoy pensando en escribir un blog sobre educación en secundaria! Los bajitos están bastante bien; con estos fríos que estamos pasando por aquí (nada comparables a los de la Península por supuesto) han estado acatarrados un par de veces, gracias a que Pedro trabaja en casa y puede quedarse con ellos más días, a costa de dejar trabajo pendiente.

Están hechos unos gamberros, sobre todo Daniel, no para en todo el día, sólo cuando está con fiebre alta y se queda tirado en el sofá (imagínense la pena que da) es cuando descansa algo. Poco antes de Navidades el pediatra le había diagnosticado un pequeño soplo en el corazón y, por precaución, nos mandó al cardiólogo; él esperó a tener todos las ventositas puestas, las miraba con interés y yo estaba asombrada de lo tranquilo que estaba, hasta el momento justo en que tenía que empezar el electrocardiograma. No hubo manera, se pilló un rebote que no el enfermero no pudo volver a acercarse. Menos mal que no fue necesario, el cardiólogo nos mandó a hacer un ecocardiograma para "que se queden tranquilos, porque esto es un soplo inocente" y este lunes se lo han hecho y el resultado fue el esperado. Vaya con las inocentadas que nos dan estos niños! Miedo me da ir al médico por un catarro porque salgo con algo nuevo siempre.

Ahora cojea un poco de la pierna derecha y el médico dice que puede ser transitorio, que haga reposo (evidentemente yo me sonreí y le dije que eso era imposible) y si no se le pasaba que volviéramos.

Ya habla algo a media lengua, aunque normalmente siempre utiliza las mismas sílabas para decir distintas cosas y hay que interpretar sus gestos. Está sonriendo continuamente, aunque no deja de tener genio el muchacho, que cuando se le mete en cabeza que no, es que no. El próximo martes día 6 de Febrero cumplirá los dos añitos, cómo pasa el tiempo.

Pablo es más reposado, aunque no para de hablar, está continuamente diciéndome "te quiero mamá, qué guapa estás, eres mi chica, ..." todo eso por lo que las madres nos derretimos cuando lo oimos de nuestros hijos. Ya les contaré más cositas sobre el bajito mayor, porque no tienen desperdicio.