lunes, febrero 28, 2011

Ganchilleando

Últimamente le he tomado el gusto a esto del ganchillo, se trabaja rápido y obtienes cosas muy bonitas. He realizado otros broches de flores para una compañera de trabajo que cumplía años este mes, y me quedan otros porque mis otras compañeras me los han pedido. Para mi hermana Minerva he hecho un estucheportagafas o estucheportalápices, o como lo quieran llamar. Ella quería algo hecho en hilo rojo y negro pero el que compré era tan fino que me resultaba incómodo para trabajar. El cierre lo compré en la tienda de Bettina hace algunas semanas (o meses, ya no recuerdo) y no los había utilizado hasta ahora, son un poquito "dificilillos" de montar por no hablar mal, pero después de romper dos agujas de coser para lograr darle esa vista de cosido me gusta el resultado, espero que a mi hermana también.




Además el pasado viernes me di una vuelta por Santa Cruz y vine con varias cosas, algunas no puedo mostrarlas porque forman parte de un regalo aún por entregar, y dos libros sobre ganchillo y tejido a dos agujas. Espero tener tiempo de ponerlos en práctica, porque aunque disfruto sólo con verlos quiero sacarles partido para aprender mucho.



domingo, febrero 27, 2011

Preparando el carnaval

Esta semana pregunté a los bajitos de que querían disfrazarse este año. Pablo fue muy preciso, "de ninja, como el año pasado"; a lo que yo contesté "si te sirve el disfraz", porque días atrás le compré un vaquero de una talla diez pensando que le quedaría bien y mi sorpresa fue cuando casi no le cierra el pantalón. Ha crecido, a lo alto y a lo ancho, tanto que todo le queda pequeño. Como esos disfraces vienen bastante grande lo único que le quedaba algo justo era el cinto, y la espada ninja está un poco estropeada así que habrá que renovar sólo los complementos.

Daniel no lo tenía claro, el año pasado había ido de dinosaurio pero no lo hizo muy convencido, y eso era lo que me decía "de dinosaurio no". Así que nos pusimos a rebuscar en el baúl de los disfraces y salió uno de vaquero que mi madre le había regalado hacia por lo menos dos años, pero que le quedaba tan grande que nunca se lo había puesto sino para estar en casa. Se lo probé encima del uniforme del cole y aunque hay que hacerle algún arreglito (en la foto aparece pisándose los bajos del pantalón) parece que se decidió por él. Creo que lo que más le gusta es que podrá llevar pistola, el año pasado no le dejaron sacar al patio el "mazo" de su disfraz y no se quedó contento, espero que este año le dejen sacar las pistolas.

Les dejo la foto del año pasado, aunque con pésima calidad, se las hice justo antes de salir al cole y con el móvil y muy escasa luz. La de esta semana la hice con la cámara y está mucho mejor. Lo que más me gusta de esto disfraces es que no tendré que pintarles la cara tan temprano por la mañana.




domingo, febrero 20, 2011

Han pasado más de quince días y no he actualizado el blog, atrás quedó el cumple de Daniel, el día 6, del que no tengo fotos "publicables" porque está con otros bajitos; pero doy fe de que se lo pasó genial con su hermano y sus compañeros de clase. El domingo pasado empezó con algo de fiebre y el lunes no pude ir a trabajar porque no me atreví a mandarlo al cole aunque la fiebre era poca. Lo llevé al médico y me comentó que podía estar incubando algo, que si seguía con fiebre al día siguiente lo volviera a llevar. Ya saben, mucha agua, reposo y ibuprofeno o paracetamol en caso de fiebre. Mi temor era que este pasado jueves tenía que someterse a una anestesia para la retirada del reservorio, y con fiebre lo veía un poco difícil; menos mal que mi madre se desplazó desde Gran Canaria para quedarse con él y resguardarlo hasta el día de la intervención ¡Gracias mamá!

Al final la posible enfermedad que estaba incubando no hizo su aparición y la fiebre tal como vino se fue, aún así se quedó en casa con un poco de tos pero a resguardo del frío que hace por aquí en estos días. El jueves fuimos al hospital bien temprano, Pablo se quedó en casa con la abuela porque no tenía cole debido a la prematura muerte de una profesora del centro. Estábamos a nuestra hora, en las condiciones especificadas y en el lugar indicado; pero como siempre la cosas se retrasan un poco y después de estar diez minutos sentados en una sala de espera Dani se cansó y dijo que quería caminar. Estuvimos pasillo arriba y pasillo abajo durante casi una hora antes de sentarnos nuevamente.

"Estoy furioso" me dijo después de sentarnos, "¿Por qué?" pregunté yo, disimulando la risa. "Porque no me llaman todavía, o me quitan el reservorio ya o nos vamos a casa" Casi en ese momento nos llamaron y entramos a quirófano. La intervención duró unos 40 minutos, aunque seguro que menos porque yo estaba fuera y el tiempo pasa más lentamente. Cuando me llamaron para verlo ya estaba semidespierto, queriéndose incorporar en la camilla. El anestesista ya me había dicho que le iba a aplicar anestesia suficiente para no tener que subirlo a planta, que se fuera andando a casa y así nos fuimos poco más de media hora después. Casi no ha tenido molestias, ha estado igual de activo que siempre con su hermano y mañana irá a ver como está la herida y hacerse la primera cura. Dentro de unos días ya estará jugando al fútbol, como decía la enfermera.

La experiencia debe ser un grado para él, la madre lo pasa mal siempre aunque ya tenga la vivencia previa, porque no lo noté nervioso ni preocupado en ningún momento, se dejó llevar por las auxiliares y el médico y entró por su propio pie a quirófano. Después de la operación contaba lo que le habían hecho, que si un pinchacito de abeja en la mano y le pusieron "agua", que si líquido sobre el pecho, que si le midieron la tensión, y luego no se enteró de nada porque se quedó dormido. Todo un veterano campeón; todavía recuerdo aquellos días en que teníamos que agarrarlo entre tres personas para hacerle una simple ecografía (y espero que esos días no vuelvan nunca más). A partir de ahora todo va a ir no bien, sino mejor. Les dejo una foto del protagonista hablando de la experiencia por teléfono. ¡Feliz semana!



viernes, febrero 04, 2011

¡Soy tía de nuevo!


Después de unos años, ya más de 12 años, he vuelto a ser tía. Ayer nació mi sobrino Martín, hijo de mi único hermano, y por la foto que me han enviado (y que no voy a publicar porque no he pedido permiso a los papás) es un chicarrón morenito de poco más de 3 kilos y medio. Todavía no lo conozco en persona, aprovecharé las vacaciones de Carnavales para hacerlo porque tengo mucho trabajo por hacer. Todavía sigue en el hospital porque tuvo algunos problemillas al nacer y tiene que estar en observación unos días, además como fue por cesárea su madre tiene que estar ingresada unos días también. Casi nace el día del cumpleaños de Daniel, que es este domingo, pero ya estaba un poco pasada de cuentas para esperar ;).

Del que si puedo ponerles una foto es de mi "desdentado" bajito. Sólo esta semana ha perdido tres dientes: las dos paletas y uno incisivo inferior. Está más contento que unas castañuelas porque esperaba que se le cayeran, a cada rato se tocaba los dientes para ver si se movían y decía "éste se mueve mucho mamá". Le hace ilusión hacerse mayor y lo de los dientes es igualar de alguna forma a su hermano.