domingo, diciembre 11, 2011

Dudas razonables

Ayer disfrutamos los bajitos y yo de nuestra primera película en 3D en el cine. Si, ya sé que ya voy algo retrasada y que ya hace tiempo que están estas pelis, pero yo no las tenía todas conmigo porque no sabía si iba a marear como una pulga en un perro bailarín. Me suelo marear con las pelis en las que las cámaras no dejan de moverse, sé que tienen un nombre pero ahora mismo no me acuerdo; y temía que si había mucho movimiento mis ojos y mi cerebro no hicieran las conexiones adecuadas y en vez de disfrutar de una tarde de cine tuviera que salir pitando al servicio. Evidentemente otra de las razones era puramente económica, diez euros por una entrada me parece excesivo (y esta vez éramos tres, no les digo nada cuando invito a mis sobrinos). 
Me decidí porque Dani y Pablo me pidieron ir, y ya habían tenido experiencia previa, esa vez televisiva, con el padre. Dani me decía que no pasaba nada, "si te mareas mami, te quitas las gafas y ya está", como siempre muy pragmático mi bajito. Vimos "El gato con botas" y la experiencia fue satisfactoria, y aunque mis ojitos acusaron un poco la atención prestada a la pantalla seguro que repetiremos.

Antes de la peli almorzamos en el centro comercial y aproveché para dar una vuelta a la juguetería, porque estos bajitos no han hecho todavía una carta a sus majestades los Reyes Magos en serio y ya me veía haciendo de paje de los reyes en el último momento, cosa que odio sobremanera porque no me gustan nada las aglomeraciones.

Después de un "susto" inicial porque encontramos lo "casi único" que quieren estos bajitos para señalada fecha, a lo que esta paje dijo que tenían que tener en cuenta que los reyes debían repartir para muchos niños y que no podían gastarse tanto en un sólo regalo, casi 90 euros por un super reloj espía con vídeo y todo (multiplíquese por dos evidentemente); se fijaron en otros "detallitos" menos salados. Pablo me había comentado días antes que él ya sabía que los reyes magos éramos los padres, aunque no lo decía muy convencido, cada vez que yo sacaba "sutilmente" el tema él me miraba inquisidor y medio sonriendo. Ayer le pregunté: 
- "¿Tienes información privilegiada sobre ese asunto?" 
- "No, pero me resulta sospechoso" me dice con cara de pillo.
- "¿Alguien te ha dicho algo en el cole?", insisto.
- "No, lo he pensado yo con mi cerebro". 
Qué niño más listo tengo, no sé si podremos mantener la "postura" durante mucho tiempo, Pablo utiliza la lógica y la deducción más que yo la mayoría de las veces. Al final pude introducirle la duda razonable, "bueno, ¿y si no es verdad eso que piensas?" y ya no hablamos más del tema. No me preocupa él, ya va llegando a una edad crítica con el tema, pero no me gustaría que Dani perdiera la ilusión.

3 comentarios:

  1. Jejejeje..recuerdo que mi hijo Marcos me contestó lo mismo.
    Besitos guapa

    ResponderEliminar
  2. Una amiga mía cuando el niño ya le dijo muy en serio que sabían que eran los padres, ella le dijo: "pues sí, te cuento un secreto, cuando tenemos hijos Papa Noel y los Reyes vienen y nos piden ayuda, ellos no pueden llegar a todas partes. Y los padres lo hacemos encantados porque ellos nos lo han mandado y porque nosotros sabemos si os habéis portado bien y qué os gusta"...Y el niño no se llevó ese chasco que se suelen llevar.
    A mí me parece bonito, es decirles la verdad aunque de otra manera.

    ResponderEliminar
  3. Me parece una buena idea cricri, la tendré en cuenta cuando se presente de nuevo la ocasión. Por ahora sólo son dudas, supongo que dentro de nada serán certezas.

    ResponderEliminar